Últimamente, algunos amigos de la enseñanza pública (tan revuelta en estos días), han intentado convencerme, con mucho cariño y con cierta vehemencia, de que no trabajo en el sitio adecuado.
En mi escuela concertada, la de siempre, la de los que llevamos toda la vida trabajando por y para los alumnos, y su salir adelante en la vida, también creemos en lo que se reivindica en este vídeo.
Hay otras escuelas concertadas y privadas, abiertas en mi Comunidad Autónoma en estos últimos años, con otros intereses, en condiciones de ventaja, montadas como un negocio. Pero no las identifico con la mía, con La Merced en la que trabajo.
Acompañamos muchachos en su crecer, colaborando con las familias, con un ideario católico (sin ningún complejo por ello), somos un servicio público también. Buena parte de mis compañeros se dejan la piel y el corazón cada día por educar a nuestros chicos y sacarlos adelante, por conseguir que "Pepito sea el mejor Pepito que Pepito pueda llegar a ser". Ese es nuestro negocio.
Mis hijas estudian en la escuela pública, y tampoco tengo ningún complejo por ello. Es lo que familiarmente hemos elegido. Deseo una escuela pública de calidad y de calidez. Como el sitio en que trabajo. Y mi sanidad, a la que acudo, támbien es la pública, y también deseo que ahí me atiendan estupendamente. A Educación y Sanidad es donde más deseo que vayan a parar mis impuestos.
Y no tengo ninguna intención de meterme en política, ni generar ningún debate al respecto, si no que simplemente quiero reivindicar la escuela en la que creo, una escuela en la que caben/cabemos todos. Mi escuela.
El viernes pasado estuve en una oración por la escuela pública que se organizó en mi Parroquia. Como propuesta suena raro, lo sé. Me encantó. Vinieron padres, profesores, amigos del mundo de la salud...
Y yo sentí que es muy chulo ser profesor, poder estar acompañando la vida de los niños, que en la escuela pública hay muy buena gente, muy vocacional, muy entregada, con deseos de que la sociedad reconozca su trabajo, su dignidad docente y educadora ¿por qué tanto empeño en enfrentarnos?. Allí, en medio del templo, con un sencillo gesto, montamos olas y barquitos de cáscara de nuez que llevaban nuestros dones, los que tantos profesores ponemos cada día en nuestra tarea: paciencia, entrega, ilusión, cariño, escucha, pasión, calidez, profesionalidad, horas y horas de trabajo no estrictamente lectivo...
Todo eso debe ser la escuela, sea pública o concertada. Eso creo.
A mis amigos de la escuela pública les animo en su lucha, todos debemos trabajar en condiciones adecuadas para hacer bien lo que nos gusta hacer sin acabar extenuados.
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Hola y enhorabuena,
ResponderEliminarYo también trabajo en la concertada y estoy totalmente de acuerdo, creo que se nos ataca continuamente cuando en realidad nuestro objetivo es común.
En mi colegio no hay ningún privilegio, tenemos chavales problemáticos y no nos dedicamos a ver como podemos competir con la pública. Nuestros problemas son los mismos.
Algunos compañeros de mi colegio me han enviado sus impresiones por email.
ResponderEliminarMe permito el atrevimiento de publicarlas aquí.
- Me gusta mucho tu artículo de la escuela, en la estamos sacando lo mejor de las personas, sobretodo porque es verdad. Un beso.
- Me ha gustado mucho lo que has escrito...(la verdad es q siempre me gusta!!). Me considero una defensora de la escuela pública, si algún día tengo hijos seguro q elegiré esa opción, pero también comparto tu visión de nuestro Cole. Un beso!!
- Otros compañeros sencillamente me han dado las gracias por la reflexión sincera.
Totalmente de acuerdo Paco. Los que trabajamos el la concertada, parece que tenemos la culpa de los recortes de la pública. Cuando toda la vida han convivido las dos, de hecho la concertada surge cubriendo las necesidades de la pública.
ResponderEliminarEn twitter me siento mal al escuchar ciertos comentarios con los que no me identifico y que menosprecian el trabajo que realizo día tras día.
Mi amiga y compañera del trabajo Lourdes, me dijo lo siguiente:
ResponderEliminarQué razón tienes Paco!!!
Aunque no me puedo conectar mucho, he podido leer tu artículo y ¡me siento identificada!!
Siempre se nos dice que en la concertada vivimos muy bien, que no hay alumnos problemáticos (¡a nosotros nos lo van a decir!!) porque éstos no los quieren en la concertada y solo van a la pública!!! Bueno, ¡seguiría...
Un besote gordote. Qué razón tienes en lo que dices.