miércoles, 16 de febrero de 2011

Un colegio enamorado.

En el día de San Valentín, nuestros chicos/as han hecho un montón de piropos y requiebros. ¿Andarán enamorados?

Tienes las imágenes a tu disposición en la Web del colegio La Merced


martes, 15 de febrero de 2011

Caricias de Dios

Las manos de mi hija Natalia, acogidas por las mías.
Hace unos días recé con mis alumnos/as de 3º de ESO de una forma que cuanto menos, les sorprendió.  Supongo que por lo inusual de la propuesta. Espero que además sirviera para hacer crecer su interioridad. Arriesgada tarea, orar con los sentidos, y en concreto con el sentido del tacto, con chavales de 14 y 15 años. Merecía la pena el riesgo.
La cosa consistía en lo siguiente: En grupos de 4 alumnos/as, con los ojos cerrados y haciendo un círculo, los alumnos acariciaban sus manos mientras sonaba una música tranquila. Mi intención era que sintieran suave y a la vez fuertemente la caricia y el reconocimiento de sus compañeros, así como la caricia del propio Dios. Al terminar, les pedí que abrieran los ojos lentamente, y que hicieran un gesto expreso de reconocimiento hacia las personas con quienes habían compartido ese rato. El ambiente fue chulo, al menos así lo percibí yo. Ellos/as en ese momento contaron poco (hay que tener en cuenta que tienen 15 años y que expresar sentimientos en grupo les cuesta), aunque cuando después hable con algunos de ellos personalmente, me dijeron que la experiencia les había sorprendido y gustado.

Después de dejar un rato sonar la música e invitarles a escuchar y acariciarse, les leí lo siguiente:
"Ojalá al ser acariciados por los compañeros nos sintiéramos acariciados por el mismo Dios, amados con ternura infinita, y nos convirtiéramos en caricia para cuantos nos rodean.
Orar no es pensar en Dios; es mantener la sensación de una presencia que nos envuelve y nos guía. No se trata de buscar sensaciones, sino de buscar al Señor.
Escuchar, ver, mirar... nos mantienen en la proximidad con los otros. Pero la presencia se hace aún más estrecha a través del contacto".
"Si supierais lo profunda que es la piel", decía Paul Valery. Pero depende de cómo se toque... Hay personas que nos tocan como una coraza y otras que nos remueven hasta la raíz. Hay manos que nos aplastan, nos cosifican, nos bestializan y hay manos que nos apaciguan, nos sanan y a veces incluso nos divinizan y bendicen.
Hay gente que habla a menudo de la oración de las manos fijándose en el trabajo que son capaces de hacer. Pero las manos ¿solo oran cuando trabajan? ¿No pueden orar cuando acarician, es decir, cuando el amor y el respeto que las habitan, las "espiritualizan"?
La oración del tacto, es la oración de un cuerpo que no se agarra, que no se encierra sobre el otro. Tocar a las personas o a Dios o dejarse tocar por El, no es sentirse aplastado, sino sentirse envuelto de espacio. Dios nunca nos asfixia.
La oración es un abrazo que nos deja libres. No se ora con los puños cerrados, ni con uñas como garras, ni con pegamento en los dedos... Solo se puede orar con las manos abiertas, con las palmas oferentes, abiertas ante Ti, Señor".

Nota: la primera foto son las manos de mi hija pequeña acogidas por las mías están misma tarde. La idea está tomada de una foto que nos han mostrado hoy en una charla de formación mercedaria para profesores/as.

Un regalo final: Oración de las manos
Afortunado el hombre, afortunada la mujer
que, hasta el final, pueden sentir unas
manos haciendo el bien
La mano que lava con atención.
La mano que viste con cuidado.
La mano que peina con amor.
La mano que toca con respeto.
La mano que consuela con el corazón.
Nadie puede vivir sin esa mano,
que es tierna, que guarda,
que protege e irradia consuelo
hasta el final.
El ser humano anhela esa otra MANO.
que cura todas las heridas,
que sana todos los dolores,
que enjuga todas las lágrimas
que da alas a ese amor sin el que
nadie puede estar.
Leprosería de Micomeseng-Guinea Ecuatorial.



lunes, 14 de febrero de 2011

Probando blogger droid

Se puede postear desde un teléfono android, esta es la prueba. No es que haya descubierto petróleo, pero es que hasta hoy no lo había intentado.
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Son personas con discapacidad, no discapacitados.

Llevaba tiempo queriendo escribir algo sobre como percibo a las personas con discapacidad, y por fin hoy he tenido un rato.
Cuando yo era niño se les llamaba "subnormales" (tiene bemoles). Te aseguro que tampoco son minusválidos (¿menos válidos? Qué concepto tan feo). Ni siquiera son discapacitados, por que su discapacidad puede ser a veces una limitación, pero no ocupa toda su persona. No etiquetemos.
Porque tienen alguna discapacidad, pero también muchas muchas capacidades, habilidades, destrezas, potencialidades, talentos. Llámalo cómo quieras.
Respetémosles. Ayudémosles si lo necesitan, pero dejemos que sean autónomos, no hablemos por ellos, no decidamos por ellos, respetemos su intimidad, no apabullemos.
Tengamos en cuenta que cuando hablamos de un "discapacitado", de forma impersonal, estamos hablando de una persona que, como todos nosotros/as, tiene un nombre, un apellido, una familia, unos deseos, unas vivencias, unas preocupaciones, unas aspiraciones, proyectos, incertidumbres, emociones, complejos, miedos, esperanzas... , y además una discapacidad. Tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto, a estar integrados totalmente en la sociedad, derecho a la salud, al trabajo... como todos los demás.
¿Los trataremos con normalidad?.
Valoremos su capacidad. Empoderemos a las personas con discapacidad. Apoyemos su autonomía personal.
Y sobre todo, abajo las ideas preconcebidas. Dejémonos asombrar. Abramos nuestras mentes.

jueves, 3 de febrero de 2011

Lo que nos hace felices

Seguimos intentando que nuestros chicos hagan ejercicios de introspección y piensen en cómo son y cómo quieren ser. En esta semana, en varios grupos (1º y 3º ESO) he rezado con ellos planteando lo siguiente:
  • 1ª parte:"Chicos/as, decidme por escrito cuáles son las cosas que os hacen realmente felices", sin más datos ni condiciones. 5 minutos.
  • 2ª parte: leemos las Bienvaventuranzas, la lectura del Domingo pasado. "Bienaventurados, dichosos, felices los que...". Y les he pedido que en su lista anterior identifiquen aquellas cosas que creen que tienen que ver con las "cosas de Dios", y los planes de Dios en su vida al estilo de Jesús de Nazaret.
  • 3ª parte: Ampliad la lista después de oír el Evangelio.
Y han dicho cosas muy chulas. Algunas muy mundanas (les decía yo que disfrutar de un buen bocadillo de jamón te puede hacer muy feliz, y no tiene por qué crearnos remordimientos), pero hay cosas relacionadas con la justicia, la vida interior, la bondad, o la manera de estar ante la vida que son las que deben marcar de verdad nuestra forma de ser.

De la 1ª lista han salido cosas como estas: recibir un abrazo, mi amiga Marta, risas/sonrisas, gestos de cariño entre amigos/familia, buenos momentos en grupo que generan buen ambiente, el culto en la Iglesia los domingos, obtener buenos resultados en el colegio, ayudar a alguien que lo necesite, compartir mis cosas, jugar con mis primos pequeños, la confianza, el respeto, la alegría, cuando mi esfuerzo sirve para algo, ver el agradecimiento de otros cuando les ayudamos, hacer/decir tonterías, jugar con mi perro, ir de fiesta, la risa, ir de viaje con mi familia, disfrutar cada día como una nueva oportunidad en la vida, el beso de buenos días de mi madre, buenos momentos con los profesores, estar con mi amiga Ana, cuando alguien me consuela en la tristeza, sentirme apoyada, bailar con personas discapacitadas, la preocupación y el cariño de mis padres por mí, cuando no hay tensiones en la familia, escuchar música, tener momentos kit-kat, estar al lado de amigos cuando lo pasan mal, dormir, mis niños de catequesis, un reencuentro, ser voluntaria en la parroquia con JMJ, tener unos padres y abuelos que me educan-ayudan-quieren, mis tíos Angel y Mariano, entrenar, cuando un amigo supera una enfermedad, jugar a la play, las canciones en la Iglesia, tocar el piano, ir al teatro/cine, mi amigo Pedro, cuando en mi familia estamos en paz, despertarme y tener un techo, ver a mis primos de Francia, estar de vacaciones, hacer deporte, cuando llega el buen tiempo, el Real Madrid, cuando pierde el BarÇa, Carpe Diem (disfrutar día a día), el taller de tecnología  :-) , ir de acampada, relajarme, haber apadrinado a una niña, rezar, ayudar a los que lloran, promover la paz, ver series de televisión con mi hermana, recordar el día de mi primera comunión, poder estudiar para ser alguien el día de mañana, ir al parque de atracciones, ver a la gente feliz, ser yo misma, tener un tazón de leche cada mañana y una cama asegurada, estar juntos en Navidad, ver a mi padre todos los días, tener siempre algo que hacer, la gimnasia rítmica, los profesores, cuando rezo con mi abuela, contar siempre con  mi familia, ayudar a las personas cuando están mal, Dios-María-Jesús, aunque lo haya hecho mal, a mí me hace feliz todo, Mario Casas (sus series), cuando me perdonan,cuando perdono, que por la mañana a primera hora haya Tecnología (esta me ha hecho gracia y me ha gustado, claro)...

¿Hay vida en nuestros jóvenes? ¿Y valores? ¿Y sentido? Yo creo que sí. En todo lo anterior hay mucho de Dios, y un poquito de mundano también. Y prometo que no hay nada de mi cosecha, todo lo han escrito ellos.
Hablemos bien de nuestros alumnos/as. Merecen nuestro persistente cariño y respeto.

Hace unos meses publiqué una entrada en este blog sobre la felicidad, con un vídeo incrustado, lo vuelvo a añadir de nuevo: Este vídeo da ideas. Incluye una especie de "instrucciones para la vida".



¿Qué has elegido?

sábado, 29 de enero de 2011

La Traviata, de Verdi, versión plastilina.

Mi vida en cifras, según Estrella de Galicia

Según Estrella de Galicia, una marca de cerveza (¡¡¡ uy !!!, que esto es un cole. Bueno obviemos eso), siendo de Madrid, a mis 42 años en término medio, me han pasado todas estas cosas. No estoy muy de acuerdo con algunas cifras, pero como aproximación, no está mal. Por ejemplo, ni como tanto chocolate (soy diabético), ni veo tanta televisión, ni celebro tantos goles. Probablemente haya conocido muchas más personas de las que aquí me marcan, haya enviado más emails, y menos sms... ¿Tanto he mentido? ¡Caramba...!

Todos tenemos una vida.



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