Alejandro Toledo, publicista cualificado que ha realizado numerosos spots de publicidad y videoclips para estrellas de la canción, decidió ofrecerse para rodar gratis un vídeo promocional para Cáritas. Toledo tomó tal decisión al encontrase en Madrid con un antiguo compañero de profesión. Tras saludarle, se dio cuenta de que su colega entraba en un comedor social de Cáritas, lo cual le conmovió. Todas las personas que han participado en la elaboración del vídeo han trabajado gratuitamente.Lo vemos en nuestras calles todos los días.
Cuando por las mañanas salgo del metro veo muchas personas en la calle pidiendo, tocando música o cantando en el metro, no todas extranjeras como tendemos a pensar (¡qué palabra tan fea esa de extranjero! A mi nadie me es extraño), no todas vagabundas, no todas toxicómanas. Gente con la mirada perdida sentados en un banco, como en los "Lunes al sol ", personas que aparecen detrás de una esquina, incluso algunos pidiendo de rodillas, con cierto dramatismo... Y como no puedes soportar sus miradas, ni la carga emocional que supone encontrarlos cada mañana, ni ayudar a todos, pues muchas veces miras para otro lado y optas por no ayudar a ninguno. No paras a mirar ni mucho menos a escuchar. Y lo de tu bolsillo sigue en tu bolsillo.
En las parroquias andan desbordados. En la mía, los/las voluntarios de Cáritas que atienden a otras personas en riesgo de fragilidad social cuentan a veces,de manera totalmente respetuosa y salvando las intimidades, historias de familias partidas, de economías familiares quebradas, de seres humanos desconsolados/as. A veces se les puede ayudar, otras solamente escuchar y consolar. Tienen toda mi admiración por su labor de ayudar a sostener a esta sociedad, que parece está siendo abandonada por los poderes públicos, más preocupados de gobernar para los insaciables mercados que para la sociedad a la que sirven. El euro y el déficit público llevan la batuta. A veces me pregunto quien sostiene al que sostiene, quién alivia al voluntario de Cáritas que se va todas las semanas con una carga personal pesadísima a su casa, a su almohada, a su corazón.
Alguna familiar mía está de voluntaria en uno de los comedores sociales de las Hijas de la Caridad. Se lo agradezco mucho en nombre de esta sociedad que se ha quedado inmovilizada, petrificada, insensible ante lo que sucede a su alrededor.
De todas formas, en este tiempo de Pascua, yo no pierdo la esperanza en la sociedad, en la bondad de la gente, en las redes que se pueden entretejer entre las personas, en los acompañamientos y apoyos de unos con otros.
Esta maldita crisis y su prima, la de riesgo, están arrasando con todo. En mi familia también estamos sabiendo algo de eso, con algunos familiares que han ido a dar con sus huesos en las oficinas del INEM, despedidos injustamente aprovechando las buenas oportunidades que hay ahora de despido rápido y barato.
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