Esas cosas que me indignan.

Hace un par de horas, desde su télefono móvil, mi amigo Roberto me ha enviado este email (lo reproduzco aquí con su permiso explícito):
Asunto: 
Las redadas racistas que no existen.
Texto del mensaje:

"Ahora mismo en la red de Metro de Madrid, en el transbordo entre la línea 1 y 4 de la estación de Bilbao; la Policia Nacional vestida de paisano y sin identificación visible está llevando a cabo una redada ilegal racista, donde solo se pide que se identifiquen a personas de rasgos extranjeros.

Pero esto no ocurre... al igual que tampoco ocurre que a partir de septiembre 160.000 van a dejar de tener derecho a la sanidad.

En este momento hay 7 detenidos, yo me enterado ya que han solicitado identificarse a M.O., uno de los chicos de mi casa; afortunadamente lleva consigo el resguardo de haber presentado sus solicitud de arraigo social.

Pero hay siete vidas truncadas cuya única falta era usar el Metro... cuyo unico delito es no tener papeles".

Me indigna y me entristece una sociedad que funciona así. El que permitamos que esto pase delante de nuestras narices. El que no tengamos el valor de identificarnos ante la policía cuando vemos que están amedrentando a los extranjeros. Porque eso nos complica la vida. Yo aún no me he atrevido, y me da mucho remordimiento mi silencio y mi falta de valor cuando presencio estas escenas. En Madrid, hacen falta más "Robertos". ¿Nos seguiremos conformando con las normas injustas?
Hace un tiempo,  a propósito de los recortes en Sanidad, él mismo escribía esto en el blog de la Asociación en la que coincidimos:

A partir de hoy, en mi familia más cercana, los que vivimos en casa; tres tenemos derecho a ir al medico por un catarro, curarnos de un cáncer o tratarnos de una enfermad crónica, Cuatro no lo tienen.

DE CÓMO LAS LEYES HACEN DAÑO, REDUCEN DERECHOS, SIEMBRAN DESCONFIANZA…Desde el pasado viernes, cuando el Consejo de Ministros anuncio un Decreto de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, hemos recordado que en la lógica de este país, de los que son nuestros gobernantes; cuando se trata de proteger “lo nuestro” lo mejor es excluir “al otro”.Que cuando nos cuentan que no hay para todos, lo mejor es quedarnos “los buenos”, “los de siempre” y expulsar al “que no es igual”.La duda es hasta cuando “los de siempre” seguiremos siendo los que ahora somos, cuando nuestro país aprende a arreglar un problema por el camino fácil; excluyendo al otro,  nunca sabes en que momento te encontraras al otro lado del muro, cuando alguien decidirá que ahora eres tu el que estas fuera.Así estamos haciendo nuestra sociedad; seguro que los mercados nos aprueban el examen, nunca sacaremos un diez pero si un 5 raspada, todavía queda mucho por exprimir. Pero acosta de que…Un depredador siempre tiene hambre, le podemos entregar a nuestros iguales para que sacie su hambre, pero llegara el día en que nosotros mismos seremos entregados para saciar el hambre de los mercados.  Entonces pueda ser que nos arrepintamos y recordemos aquello que escribieron.

«Cuando vinieron a buscar a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a buscar a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío,

Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,

no había nadie más que pudiera protestar.»

Martin Niemöller

También pueda ser que gritemos, que luchemos por mantener lo que es justo,que seamos capaces de encontrar soluciones nuevas a los mismos problemas de siempre.Vale la pena intentarlo, aunque solo sea para que en el momento de nuestra muerte, miremos a nuestros días vividos, y sintamos orgullo de todo lo vivido.Nada debe haber más triste, que darse cuenta en ese momento, que ya llevamos muertos mucha vida”.

Ambas imágenes están tomadas de la Red, de la página de Desmotivaciones y de blogsdelagente/noeraloqueesperaba, respectivamente.