Después de esto hicimos una dinámica que llamamos "lluvia de piropos". Se trataba de que, aquellos que lo desearan, salían a la pizarra, les sentábamos en una silla, y nos poníamos a hablar bien de ellos. Los muchachos salieron de lo más contento.
Visto el resultado, se me ocurrió que podía pedir la complicidad de los padres, a los que también les prohibía "sacar pegas". Éxito rotundo. Les pareció una idea estupenda, y me agradecieron la iniciativa, por que les ayudaba a pensar bien en sus hijos, a escarbar en sus talentos y virtudes y sacarlos a la luz, les alejaba de ciertos roces que hay en todas las familias, y era una oportunidad para decirles lo mucho que les quieren. Me ha encantado ver toda esta relación familiar, y la cantidad de adjetivos y piropos que se pueden decir de un hijo/compañero.
Por preservar la intimidad de los muchachos, he quitado los nombres de los diplomas y he desordenado las transparencias respecto al orden de la lista de clase. Pero seguro que mis alumnos, cuando vean este documento, saben "quién es quién".
Me parece muy interesante esta actividad. La voy a proponer en mi instituto. Nos hace mucha falta insistir en lo bueno, y crear lazos de afecto y complicidad. Aunque solo fuera por egoismo, y por pasarlo bien, deberíamos hacer este tipo de actividades que trabajan los sentimientos, los afectos, la inteligencia emocional.
ResponderEliminarSin buen rollito no se puede trabajar...
Hasta en el claustro real nos vendría bien!!
Gracias por compartirla ;))
Pilar @pilarpes
Me ha gustado mucho esta actividad. Creo que se la copiaré para mi tutoría y mis clases de lengua. Felicidades por su blog.
ResponderEliminarHola, hacía tiempo que me rondaba en la cabeza una idea similar y al verla aquí me animé a hacerla en los 4 grupos en los que doy clase(dos primeros y dos terceros), aunque sólo doy Plástica , no soy tutora y no son muchas horas las que estoy con ellos es inevitable(al menos para mí) involucrarme en sus vidas, tratar de animarles y motivarles a través de mi asignatura(una de las "marías" para algunos).Empecé hace dos meses con un blog, para que vieran qué hay más allá de un simple dibujo y acercarles al mundo del "Arte"(gracias a eso conocí este blog¡lo mejor de esa experiencia!jeje)
ResponderEliminarTrabajo con niños con muy baja autoestima y tengo serios problemas de disciplina con alguno de ellos, por lo que lo de "el diploma" me pareció fantástico.No he tenido tanta suerte como tú en la participación familiar(apenas 7 familias entre los cuatro cursos , y por parte de los niños tampoco han colaborado todos, o se limitaban a poner a todos: "majo")Aún así reuní suficientes "piropos" para hacerlos.Hoy los he entregado, y para que fuera como un juego y no como un acto"solemne" leía algunas características del alumno y ellos debían adivinar quien era.La aceptación no ha sido igual en todos los cursos...lo del "buen rollito" que se respira en tus experiencias ha quedado a años luz de lo que ha pasado hoy en algún grupo...sé que esto es así...edades difíciles,egoísmos de adolescencia, pero para mí ha sido un "mal trago" aún así he reunido el valor suficiente para, en algún grupo hacer fotos para colgar en el blog.
Como actividad fantástica, mi enhorabuena por la idea (aunque algunas veces pienso que son reflejo de las mías ¿eh?...jejejeje)
Muchas gracias por estar ahí.
Henar
No hay que tirar la toalla, cuando hacemos algo nuevo, que les choca, y no recibe una buena aceptación, pues insistamos, para que se acostumbren a nuestros mensajes. El caso es que crezcan personalmente. Si te puedo confesar algo, el día que les entregué los diplomas me quedé algo chafado también, puesto que su acogida fue fría, se quedaron descolocados. En los días siguientes me fueron llegando comentarios agradables, tanto de alumnos como de padres: los chicos se habían sentido bien, pero en el momento inicial no supieron expresarlo. No desesperemos, son adolescentes, seguro que les sirve para crecer.
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