Durante un par de semanas los alumnos/as de 1º ESO han estado dibujando lo que van a construir en el taller: molinos de viento con células fotoeléctricas, martillos electromecánicos, triciclos chinos, carretillas elevadoras, coches dirigidos con electricidad gobernados por jeringuillas, norias de feria, catapultas, máquinas con mecanismos ideados por Leonardo, máquinas de hacer pompas de jabón...
Les propuse dibujar un proyecto. Un@s lo han hecho perfecto, otr@s solamente correcto, otros... para echar a correr. A algun@s no les sale nada recto, ni tiene muy buen aspecto.Algun@ ha intentado calcarlo, engañando a mi intelecto, y se lo he notado. Les he pedido pensar si hay que ir por la vida haciendo trampas para salir adelante (me tendrán que decir algo en estos días).
Voy a dejar esto de la rima, que no es lo mío. Como rapero no tengo futuro.
Otr@s habrán logrado engañarme, pseudocalcando los dibujos sin que yo me haya dado cuenta, ell@s sabrán lo que hacen.
Otr@s lo han hecho muy rebién, que les he visto yo en persona, con estos ojitos. Otr@s no se han molestado ni en usar los instrumentos de dibujo. Un@s le han echado pasión, otr@s han dibujado por que no les quedaba más remedio, otr@s han protestado hasta el agotamiento. Algun@s se enfadan porque no se sienten bien valorados en su esfuerzo -cuando se les dice que pueden mejorar-, otr@s se sienten muy agradecidos. Qué difícil es acertar, caramba.
La semana que viene me entregarán algunas piezas que les he encargado para obtener sus vistas.
Poquito a poco van perfeccionando el pulso, la visión espacial, el manejo de instrumentos de dibujo, el sentido de la proporción. Casi sin darse cuenta.
De todo hay en la viña del Señor. El caso es que dibujen, y que se vayan familiarizando con los proyectos a los que se van a enfrentar a partir de mañana. Yo lo paso muy bien con ell@s, aunque continuamente les tenga que recordar a qué bajamos al taller (es que con 12 años, es fácil dispersarse).
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