miércoles, 31 de enero de 2018

Sobre los diarios de aprendizaje. Artículo publicado en el CEDEC.

Encabezado del artículo
Desde el CEDEC, Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios, dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, han tenido a bien proponerme escribir un artículo sobre el uso de los Diarios de aprendizaje. Estoy encantado con la propuesta. Me parece que soy un privilegiado, solamente por el hecho de que me lo propongan desde esa organización, y por la repercusión que puede tener este trabajo en beneficio de la comunidad educativa.

“La metacognición tiene como objetivo el conocimiento profundo de qué sabemos y cómo lo hemos aprendido, para mantener las estrategias que nos funcionan y detectar cuáles deberíamos modificar. Es la capacidad de autorregularnos en la competencia de aprender a aprender, para conseguir una mayor autonomía en el proceso de aprendizaje”.

Guías innovación Editorial SM

Como resumen del artículo, si prefieres otro formato más cómodo y rápido para aprender, también han preparado una infografía relativa al contenido del mismo.
Pulsa sobre la imagen para verlo a tamaño original
La rúbrica de evaluación está disponible para su descarga en este enlace.

Este es el contenido del artículo que escribí:
Por qué empecé con los diarios de aprendizaje
Hace casi cuatro años, e iniciado como algunas de las iniciativas que pongo en marcha en el aula, algo que descubrí casualmente a través de Twitter se convirtió en una práctica educativa.
Investigué un poco por encima qué son los diarios de aprendizaje (o de trabajo)– y lo puse en marcha a modo de prueba, descubriendo una nueva palabra: la “metacognición”. Un término que procede de la psicología, desde la teoría de la mente y el constructivismo, que aplicado a la educación favorece en el alumnado la capacidad de “aprender a aprender”.

No todo el alumnado aprende de la misma forma y, como intención inicial al encargarles estos diarios reflexivos, estaría el que los estudiantes sean conscientes de cómo trabajan y aprenden en clase, cómo piensan, qué sienten cuando están aprendiendo, qué les queda después de realizar una tarea o actividad. En definitiva, se trata de poner a la luz conscientemente lo que de otra manera quedaría en el inconsciente.

Cómo creamos nuestros diarios de aprendizaje

La mayor parte de los trabajos que propongo a mis alumnos y alumnas tienen una presencia digital y cooperativa significativas. La forma que les he planteado se inicia con un documento colaborativo en Google Docs, compartido por todos los miembros del equipo y el profesor. Los alumnos escriben al final de cada sesión de trabajo en él las impresiones del día (5 minutos).
Cada día de trabajo debe tener un titular expresivo y representativo. Por ejemplo: “¡Qué lío!”, “Más perdidos que el burro del garaje”, “Orgullosos de ser equipo” o “Culminando el trabajo”, podrían ser unos buenos titulares. Cada alumno escribe en un color diferente, para facilitar la corrección del profesor. El que el documento sea colaborativo permite ponerse ante el espejo de los compañeros y compañeras y no solamente del docente, anima a cuidar el formato del documento y la expresión escrita.

Contenidos para un buen diario de aprendizaje

Ser capaz de expresar tus procesos de pensamiento, cuando no lo has hecho nunca, no es tarea fácil. Para que el alumnado pueda iniciarse en esta metodología, he preparado una plantilla para el diario de aprendizaje que pueden cumplimentar, en la que pueden recoger sus reflexiones previas al aprendizaje y también las que surgen durante y tras el aprendizaje.
Cuando ya lo han practicado varias veces, esta plantilla se convierte solamente en una sugerencia para la expresión libre del pensamiento.

Guía para la reflexión en el diario

  • En el planteamiento previo: ¿Qué voy a hacer? ¿Para qué voy a hacer este trabajo? ¿Realmente comprendo en qué consiste la tarea? ¿Necesito aclaraciones? ¿Qué se me pide/exige? ¿Hay más de una manera de hacerlo? ¿Qué contenidos necesito saber antes de empezar? ¿Puedo dividir la tarea en partes? ¿Cuáles? ¿Cómo voy a organizar el tiempo? ¿De qué manera voy a organizarme para que se adapte a mi manera de trabajar, a mis gustos?
  • En el proceso de trabajo intermedio: ¿Estoy consiguiendo lo que me han pedido? ¿Conseguiré terminarlo? ¿Tengo que esforzarme más? ¿Mantengo mi plan o lo cambio?, No entiendo bien lo que hay que hacer, ¿qué hago? He visto nuevos aspectos que me hacen pensar en otra forma de plantearlo, ¿Voy bien de tiempo? Me he equivocado ¿qué voy a hacer? ¿Qué he aprendido de ello?
  • En el trabajo de conclusiones:
    • En mi responsabilidad individual: ¿Qué tenía que hacer y qué he hecho? ¿Qué pasos he seguido?¿Está bien lo que he hecho? ¿Cómo sé si está bien? ¿Hay algo que pueda mejorarse? ¿Voy a mejorarlo?¿Cómo he corregido los errores cuando me he equivocado? ¿Cuáles han sido las dificultades mayores? ¿cómo las he superado? Con lo que he aprendido en el proceso, si me dieran la oportunidad de repetirlo: ¿Cómo puedo mejorar, tanto en organización personal como en resultado de la tarea? ¿Qué cosas no volvería a hacer? ¿Qué es lo que he hecho mejor (de qué me siento orgulloso/a)?¿Qué he aprendido al final de todo el proceso? ¿Lo puedo aplicar en otro sitio?¿Sería capaz de explicar a otra persona lo que he aprendido?¿Qué momento destacaría del proceso como una celebración de lo aprendido?
    • En las tareas cooperativas: ¿he contribuido al progreso del grupo o pareja? ¿he sido responsable con las tareas que por acuerdo nos asignamos?¿hemos terminado las tareas? ¿hemos llegado a tiempo? ¿según las pautas dadas por el profesor/a?En este grupo o pareja para mí ha sido difícil… ¿Cómo puedo hacer para que la tarea de mi equipo o pareja sea más eficiente?¿Qué es lo que hemos hecho especialmente bien como equipo de trabajo?¿Qué es lo que tenemos que mejorar?

Cómo evaluar los diarios de aprendizaje

Evaluar estos procesos requiere cierta disciplina por parte del profesor, permaneciendo atento al proceso, pautando modos de entrega en tiempo y forma, promoviendo la autodisciplina del alumnado, sugiriendo pensamientos posibles a los alumnos y alumnas para ese “caer en la cuenta”, animando a salir de la pereza. Esta es la tabla de valoración que uso con mi alumnado:

Algunas posibles dificultades
En mi práctica en estos años, veo que con este tipo de actividades la motivación inicial de los estudiantes es limitada, sienten auténtica pereza para pararse a pensar, para iniciar algo que nunca les habían pedido, no le ven una utilidad inmediata ni una posible transformación en calificación…
Su tendencia principal es a relatar únicamente las tareas realizadas de manera un tanto aséptica y concisa. Cuando ya lo han realizado varias veces, lo tienen integrado en su rutina de trabajo conmigo (“esto nos lo pide Paco y le pone nota; hay que hacerlo bien”). Supongo y espero que, dentro de unos años, agradecerán la oportunidad de aprendizaje ofrecida y serán capaces de disociarlo de la calificación. Creo que es una gran herramienta que los alumnos acabarán valorando. Mi experiencia es que funciona mejor con quienes tienen más edad (4º ESO y Bachillerato) y algo menos con el primer ciclo de ESO.

A buena parte del profesorado -me incluyo- le parece que salirse del currículo oficial y de las metodologías habituales supone un empleo de tiempo extra que no se puede permitir. Yo lo considero más bien una inversión en fomento de determinadas competencias que debemos realizar y por las que debemos apostar.
Reto educativo para profesor@s temerosos: A veces debemos poner iniciativas en marcha, aunque no lo tengamos todo dominado. En educación hay que atreverse a proponer y permitirse meter la pata, aprender de lo propuesto, mejorar con el tiempo.

Beneficios de esta propuesta

A los docentes, esta práctica educativa nos ayuda a conocer mejor a los alumnos y alumnas con los que trabajamos diariamente. Si los conoces mejor, seguro que también evalúas mejor.

Los diarios de aprendizaje ayudan a nuestros estudiantes a:
  • Conocerse a sí mismos respecto a su propia persona y a su manera de afrontar tareas. A caer en la cuenta de sus aprendizajes y procesos de trabajo.
  • A mejorar su autoconcepto. A autorregular su aprendizaje. A celebrar lo aprendido.
  • A descubrir sus propios estilos de aprendizaje, sus puntos débiles y sus puntos fuertes.
  • A ser conscientes de cómo gestionan el tiempo, su esfuerzo, su satisfacción, su capacidad de concentración o de perseverancia.
  • A anticipar y habilitar estrategias para procesos de aprendizaje futuros, mejorando la eficacia en el trabajo.
De manera global, se fomentan competencias y actitudes fundamentales como aprender a aprender, autonomía, iniciativa personal y toma de decisiones, relaciones interpersonales, trabajo colaborativo y en equipo.

Posibilidades de mejora

Hasta el momento de escribir este artículo no me lo había planteado, pero seguro que mi planteamiento tiene muchas lagunas y posibilidades de mejora. Por ejemplo, forzar el feedback entre compañeros a modo de coevaluación (pensar en tu propio aprendizaje y en el del otros, sugerir mejoras y puntos de vista).
He percibido que en esta tarea metacognitiva existe cierta dificultad para rematar bien el proceso, urgidos por la prisa de acabar las otras tareas que ellos consideran principales en el trabajo y no tanto por cerrar bien sus procesos de pensamiento y reflexión. ¿Tendrá algo que ver su adolescencia? Debemos mejorar la práctica para que la tarea sea culminada con logro.
No tengo muy claro que escribir el diario en los últimos 5 minutos de clase sea lo más adecuado. Nos movemos entre la inmediatez de tener fresco lo que acaba de pasar en el aula y la falta de tiempo para una reflexión más sosegada. Habrá que seguir pensándolo.
A pesar de las dificultades indicadas más arriba, seguiremos insistiendo. Cuando creemos en algo firmemente, debemos ser persistentes.

Consejos para docentes

  • Atrévete y persevera. Aunque nuestras primeras prácticas no resulten perfectas, los diarios de trabajo mejoran con el tiempo, y a medida que vayamos proponiéndoselo a nuestro alumnado, podremos ir también mejorando nuestra propia reflexión y las pautas que les proporcionemos.
  • Motiva al alumnado. Muéstrate convencido e ilusionado. Hazles ver la utilidad de esta tarea para su aprendizaje. Si es necesario, da al diario un peso importante en la evaluación / calificación.
  • Facilita modelos de buenas prácticas reflexivas. Muestra a los estudiantes ejemplos de diarios hechos por otros alumnos.
  • Guía a los alumnos y alumnas, oriéntales respecto a los aspectos de su trabajo, organización o sentimientos que han tenido en los que pueden reposar su mirada consciente.
  • Fomenta la regularidad. Programar un tiempo específico para que los estudiantes puedan realizar parte de la reflexión con nosotros presentes. Enseña a perseverar.
  • Anima a los alumnos a ser rigurosos y metódicos. Promueve que se expresen con corrección y sin faltas de ortografía y que sus documentos tengan una presentación atractiva. Animales a que tengan gusto por el trabajo bien hecho.

Hay que hacer visible el pensamiento. Y recuperar aquella buena costumbre de hacer memoria. ¿Lo intentamos?
NOTA DEL AUTOR
Todos los nombres de alumnos que aparecen mencionados en este artículo son ficticios. Las imágenes y textos de diarios han sido modificados para favorecer el carácter divulgativo del artículo y proteger la privacidad de los estudiantes.
Para saber más
Para contactar y conocer al autor

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