domingo, 12 de junio de 2011

Participar en una Asamblea Popular con 10 años.



Esta mañana mi mujer y mi hija pequeña (Natalia, 10 años) han participado en la Asamblea Popular de Moratalaz.

Me parece un ejercicio de ciudadanía estupendo (está en 5º de Primaria, y es el primer año que cursa Educación para la Ciudadanía).

Sin ningún afán revolucionario, creo que para ella ha sido un gran aprendizaje. Ir a un lugar (al estilo del Ágora griega) donde se reúne la gente para debatir aquello que no les gusta de nuestra sociedad, proponer alternativas, juntarse con otros (socializar las preocupaciones), participar civilizadamente, ver que el modelo de debate no es solamente el de los tertulianos y el de los programas de la tele tipo "Tómbola". Allí nadie se insulta, ni grita, ni abuchea, ni alborota, - dice Natalia. Pedir la palabra para tomar la palabra, añado yo.

Ejercitar la escucha, el no estar de acuerdo, el reconsiderar tu postura, etc. Con sus explicaciones claras de siempre, Natalia me ha explicado que se utiliza el lenguaje de signos para participar con gestos mudos para no entorpecer el debate:
  • "Estoy de acuerdo", agitando las manos, como los aplausos en el lenguaje de signos de los sordomudos. 
  • "Estoy en contra", cruzando los brazos.
  • "Te estás enrollando, abrevia", haciendo un gesto de paréntesis con las manos.
  • "Eso ya se ha dicho muchas veces, no te repitas", girando los brazos como cuando en fútbol se pide el cambio.
  • "No lo veo claro, pero respeto y no bloqueo lo que dices", haciendo un círculo con la mano delante de los ojos y de la boca.
Me dice que recuerda que han hablado personas de diferentes comisiones, explicando lo que han trabajado y acordado durante la última semana: comisiones de economía, feminismo, cultura, infraestructuras, comunicación, política, sanidad, educación, respeto... (ha nombrado todas esas, ¡qué memoria!)
Y le ha gustado también ver que había gente pendiente de los demás, ofreciendo paraguas para dar sombra, vasos de agua, o que  daban un cartel para tomar la palabra.

Impresionado quedo. Sé que hay otras formas de participación política más estandarizadas (un voto en una urna cada cuatro años), menos activas, pero esta me gusta más. Sentir que formas parte de la sociedad y que puedes hacer cosas por el bien común desde tu barrio. Y también un ejercicio para demandar la dignidad de la política y el mejor hacer de los políticos.

Cuánto ha aprendido en sólo 2 horas. Esto se lo lleva como parte de su PLE (Entorno Personal de Aprendizaje). A veces los hijos nos dan buenas lecciones a los "padres profesores".

2 comentarios:

  1. Vengo de la Asamblea de Sol. Parecía, me recordaba las despedidas -hace ya muuuuuchos años- de los campamentos adolescentes. Emociones contenidas y empeños sinceros de seguir en el tajo/lucha.
    Y en medio de ello esta lección de ciudadanía que nos ha ofrecido Sol. Y el privilegio de conocer a Natalia y sentir, con ella junto a ella, que estamos asistiendo a un parto de esperanza, ilusión y transformación...

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  2. Este testimonio debería difundirse. Las asambleas están dando muestras de civismo insospechadas. Este movimiento es grande y no hay que impedir que decaiga. Otro día nuestros hijos pueden preguntarnos ¿y tú qué hiciste por salir de la crisis? A esta pregunta deberíamos dar una respuesta positiva.

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