Me ha encantado esta felicitación navideña que me ha enviado un amigo, que trabaja en un hospital como psicólogo, cuidando la fragilidad.
LA INDIGNACIÓN, MOTOR DE LA ESPERANZA
¡FELIZ NAVIDAD!
cuando aparecen
la leucemia, el duelo o la exclusión,
el hambre o la carga policial
no parece de buen gusto
felicitar navidad…
A no ser que nos produzcan
una sana indignación,
aquella que nos inquieta,
la misma que moviliza
y nos reclama, rebelde,
la pregunta sin respuesta,
la protesta y la propuesta,
y una apuesta sin fisuras
por construir, desde lo colectivo,
lo común,
y por reivindicar dignidades,sí, esas que nos pertenecen.
Aunque sólo sea
porque
frente al "sálvese quien pueda",
"o todos o ninguno".
El deseo vacuo
adormece.
La esperanza sana
se construye desde la indignación.
¡Feliz Navidad!
(Javier Barbero)