Este año he tenido un día de Reyes Magos muy completo.
Por la mañana participé en la entrega de regalos a niños del Barrio de Entrevías y a niños en clara situación de exclusión social del poblado chabolista de El Gallinero. Toda una experiencia el ver sus caras de ilusión, de desconcierto, de "alucine" al ver en una parroquia (la de San Carlos Borromeo), a los Reyes Magos y a un montón de voluntarios que les ayudaban a elegir entre muchos juguetes (donados por empresas, tiendas de juguetes y gente del barrio), para poder disfrutar de unos regalos -muchos usados, pocos nuevos- que en otro caso probablemente ni siquiera habrían llegado. Al menos en este caso no detuvieron al Rey Baltasar (un moreno auténtico) como en la cabalgata de Carabanchel del día anterior, por no disponer de papeles, ni se presentó allí la policía para comprobar nada. Tengo unos amigos en riesgo de convertirse en delincuentes con la nueva reforma del código penal en la que se penaliza la ayuda solidaria-humanitaria a personas que ayuden a inmigrantes sin papeles. En su casa viven, junto con su hija de 18 meses, tres chicos subsaharianos "hijos de patera", que vinieron a buscarse un futuro posible. Y esa es su familia... Puedes
leer más aquí sobre el tema, si te quieres informar. Aunque
eso es otra historia... (te animo a firmar el manifiesto al Ministro de Justicia).
Por la tarde, estuve con mi familia y unas cuantas amigas de mi hija pequeña viendo la Macro Cabalgata de Madrid. Con la ilusión desbordante, intacta, inmaculada e inocente estuve haciendo mi reportaje fotográfico. Vi mucha alegría, también mucha desconsideración (las personas con escalera o las que llevan paraguas para recoger caramelos no me parece que tengan la mejor actitud en este día), vi muchos sueños e ilusión colectiva. Aproveché para gritarle al Rey Melchor, mi favorito, que llevo 10 años pidiéndole la moto, y que no llega. Como a tanta gente que no se le cumplen muchos deseos en este día. Por que quizás deberíamos pedir menos cosas materiales (yo el primero) y convertir el día de Reyes en un día con deseos para toda la sociedad, como que los Reyes ayudasen a quitar de nuestro lado o a promover el cambio de mentalidad de los legisladores de la injusticia, de los promotores de la crisis, de los expertos en desigualdades, de los grandes señores de la contaminación, de los magnates del consumismo, de los banqueros inmisericordes con los deshaucios, de algunos empresarios aprovechados productores de parados, de los codiciosos que especulan con la prima de riesgo (ideas tomadas del último número de
Eclesalia)... Y nos ayudaran a regalarle al niño Dios grandes puñados de esperanza en un futuro mejor, toneladas de agradecimiento a tantas personas que trabajan en favor de los demás en parroquias, ONG's, asociaciones y voluntariados varios (incluidos el mundo sanitario y educativo, llenos de tanta buena gente), millones de deseos de hacer de este un mundo más justo, quintales de deseos de salud y afectos, encuentros con otras personas a raudales en este 2013....
Fue un día de contrastes.
Y muy agotador (6 horas + 5 horas de pie). Lo pasé muy bien en ambas oportunidades de encuentro con otros.