En la oración de ayer leí a mis alumnos de 1º ESO el conocido poema de Mario Benedetti "La gente que me gusta".
Y les pedí que pensaran en cómo es la gente que les gusta, la gente con la que les gusta y les gustaría estar buena parte de su vida, la gente que merece la pena, que merece un hueco en sus afectos.
Y "supongo -les decía-, si te gusta la gente de una determinada manera, es porque a ti te encantaría ser también así".
Y "ya que estamos rezando -les proponía yo también- ¿cómo crees que debería ser esa gente en su relación con Dios?".
Han dicho cosas como esta:
Me gusta la gente original y creativa, que no se desanima por un mal día,que le pide a Dios ayuda para encontrar una solución.
Me gusta la gente divertida, la que me ayuda en el día a día, la que me aprecia y me calma cuando me enfado.
Me gusta la gente valiente, cariñosa con los demás, la que no para de imaginar acciones inteligentes para todos, la que se relaciona con Dios junto a los demás.
Me gusta la gente amable, solidaria y alegre.
Me gusta la gente que se enfrenta a los problemas con esperanza, con ilusión de resolverlos, la gente que no se frustra con las pequeñas dificultades y lucha para conseguir sus sueños. La gente que tiene fe en Dios y acude a Él cuando tiene problemas y cuando no los tiene. A esa gente le doy mi apoyo y estaré a su lado cuando lo necesite.
Me gusta la gente positiva, graciosa, con sentido del humor, que me dice lo que piensa y lo que siente.Me gusta la gente buena y amistosa, que contagia energía, sincera y generosa.
Me gusta la gente que escucha, que es soñadora y paciente, con personalidad, comprensiva, que ayuda a quienes lo necesitan.
Me gusta la gente en cuyos ojos se ve la bondad que tiene con los demás, la gente con fe, la que no necesita que la motiven porque se motiva sola, la que tiene una buena relación con Dios.
Me gusta la gente que confía en mi, que es transparente, en sentimientos y en humanidad, la gente humilde, que no guarda rencor, la que siempre encuentra algo bueno en los demás, la que es valiente y capaz de hacer frente a las malas personas, la que confía en Dios y no tiene vergüenza en reconocerlo. La que lucha contra la injusticia, la que no pelea.
Me gusta la gente que acepta a los demás como son, porque no les juzga. La que sabe comportarse sin falsedad, la que no oculta sus verdaderos sentimientos, la que hace bromas inteligentes sin burlarse de los demás ni de Dios, la que mira al frente cuando trabaja en un proyecto, la que no se cansa ni se rinde, la que anima a los cansados.
Me gusta la gente que es seria en lo serio y graciosa en lo gracioso, la que le resulta fácil hacer amigos, la que se conforma con lo que le toca, la que hace lo necesario para llegar a ser lo que quiere ser.
Incluso una alumna le puso rima: Me gusta la gente inteligente. Me gusta la gente sonriente. Me gusta la persona que no se desilusiona, porque siempre reflexiona. Me gusta la gente que se parece a Dios, porque siempre te perdona.
También hubo incluso una declaración de amor, que por delicadeza no voy a publicar.
A veces es que me derrito con ellos. Parece que a todos nos gusta la buena gente.
A mi personalmente no me gusta muchos veces la actitud de alguna gente (algunos políticos insensibles, algunos deportistas endiosados, algunos famosos soberbios), que no aprovecha su notoriedad para ser ejemplo de valores buenos y sanos.
La el poema original de Benedetti dice así:
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio. Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.Me gusta la gente que con su energía, contagia. Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.La gente que lucha contra adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones.Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen. Me gusta la gente que tiene personalidad. Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.Mario Benedetti
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