Desde hoy, 2 de enero de 2014, y durante un año, con todos sus días y horas, tengo y tendré 45 años. Y celebro mi vida. Normalmente no suelo celebrar mi cumpleaños con una fiesta, al caer en unas fechas ya plagadas de celebraciones y comidas.
Pero este año, explícitamente, quiero celebrar mi vida con este texto.
Celebro que tengo vida. Haber nacido en Navidad es un regalo. Bendigo cada momento de esa vida que me ha sido regalada.
Celebro haber recibido de mis padres el cariño y la educación, su esfuerzo por sacarnos adelante, su ejemplo para mi vida.
Celebro haber encontrado una esposa con la que compartir la vida a la que quiero y admiro -cada día-, por su sentido de la justicia, su empeño por estar al lado de los más vulnerables, su constancia en todo lo que emprende, su esperanza por cambiar este mundo con gestos y acciones.
Celebro a unas hijas que son alegres, buenas, sensibles, trabajadoras, que muchos días me sostienen y acompañan, que me dan baños de realidad cuando no entiendo bien algunas situaciones actuales, y son ejemplo de vitalidad. A todo el resto de mi familia, la cercana y la lejana, la más íntima y la más extensa, hay que celebrarlos también, con mayúsculas. A los que están y a los que ya se fueron, y acompañan desde otro lugar mis pasos.
Celebro mi fe, que ha sido recibida gratis, como don, y a un Dios-Jesús "TodoCariñoso" que me acompaña en todo momento, que no me abandona, que es la fuerza de mi fuerza y que en muchas ocasiones me sostiene. Celebro formar parte de dos comunidades cristianas en las que confronto y comparto la vida, los problemas, las ilusiones y las esperanzas.
Celebro mi vocación docente, al lado de niños/jóvenes a los que da gusto acompañar y ver crecer, y estar en su camino. Espero ser capaz de sembrar algo en ellos, como ellos hacen conmigo todos los días, sembrándome de afecto, energía, creatividad, miradas expectantes, preguntas, sueños. Mano a mano, codo a codo, con sus familias. Y junto a unos compañeros profesores/as que alientan mi trabajo, me ofrecen su amistad, están atentos a mis estados de ánimo, me cuidan.
Celebro formar parte de una asociación de barrio, en la que se acompaña a gente en riesgo de exclusión social, a la que cada día le toca reinventar su vida y soñar aquello que late en su corazón. Forma parte de mi familia extensa. En ella hay gente que apuesta por la vida, por la justicia, por el Reino, por la dignidad de los más quebrados de esta sociedad. Benditos sean.
Y celebro a todas las personas que a lo largo de mi vida, de manera esporádica o permanente me han interpelado con su manera de hacer en el mundo, con sus palabras vitales, con sus reflexiones íntimas, con su carisma, con sus miradas limpias, su ternura, con su vivencia de fe, con su sentido del humor, sus festejos y alegrías, y han alentado en mí cualquier pequeño cambio o transformación. Esos compañeros tan importantes para el camino. Lo celebro, y me pongo en pie, como dice mi nueva amiga Analía, en su blog "Levantar la mirada - esperanza que construye mientras espera". Celebro toda esta mesa compartida, todos esos rostros que me habitan y acompañan, que no tienen miedo a tener un poco menos para que otros puedan tener. Me hacen vivir con esperanza.
Doy gracias por toda esta vida recibida. Ojalá sea capaz de vivir todo esto con más intensidad y a la vez con más calma, de manera más consciente, sin tener que pararme a escribir un artículo en mi blog para darme cuenta de la suerte que tengo. Caminar por la vida más lentamente es algo que todavía no domino.Feliz 2014.
Imágenes:
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