Esta será la introducción al curso...
Al volver hacia casa, encontráis una fonda aún abierta, pensáis que os quedan fuerzas y decidís “echar la última”. El mesonero, un hombre de aspecto vikingo, con un curioso tatuaje de una “runa vikinga”, que representa la suerte en el amor, os invita a entrar con aspecto afable y tranquilo,
usando un buen castellano. En las paredes encontráis decoración propia de la época: cabezas de caza disecadas, espadas y escudos fabricados en Toledo, platos y fuentes de barro. El mesonero también tiene algunos objetos en venta (una especie de merchandising del siglo XVII), y observáis algunas herramientas, curiosas, conectadas a la red eléctrica (¿1617?). Aparecen también pequeños planos de viviendas y objetos hechos con impresión 3D, unos pequeños azulejos metálicos con pantallas de cristal en los que al pulsar un botón aparecen iconos con nombres incomprensibles -WhatssApp, Telegram, ClassRoyal, Fifa16, “Twi-no-sé-qué”, “Insta-no-sé-cuántos”…-. Algo empieza a no encajar, cronológicamente hablando. Mientras observáis estos objetos que os están dejando algo perplejos, escucháis ruidos en la calle. El mesonero se asoma a la puerta y ve pasar corriendo gente, como huyendo de algo. Inmediatamente cierra la persiana de su negocio, y os anima a entrar a la intratienda, su zona privada, para protegeros, mientras farfulla en danés algo que no sois capaces de entender: “Endnu ikke, det kan ikke ske! Det skal være 10 år” (traducción del danés: ¡Aún no, esto no puede estar pasando! ¡Deberían faltar 10 años!).